La retransmisión de degollamientos se ha convertido en el último invento del terrorismo islámico. Una sociedad mediática como la occidental se siente sacudida por este tipo de retransmisiones.

Ahora bien, tras el asesinato del coreano Kim Sun, el Gobierno de Seúl ha decidido, no sólo no retirar sus tropas (aún menos que las españolas pues no alcanzan los 700 efectivos) sino incrementarlas, para advertir al terrorismo islámico que no les asusta. Lo mismo hizo Japón e Italia, que también han sufrido secuestros, y en los tres casos frente al sentimiento de la opinión pública, partidaria de la retirada. Lo contrario que hizo España, que retiró sus tropas y se ha convertido en el hazmerreír de Occidente.