Los cinco jueces que componen el Tribunal de la sala de lo Penal del Supremo que han juzgado el caso Olabarría Delclaux son: Juan Saavedra, presidente, Miguel Colmenero, Alberto Jorge Barreiro, José Manuel Maza y Juan Ramón Verdugo. El ponente era Maza, partidario de la absolución de Alfredo Sáenz quien, junto a Verdugo, emitirán votos particulares.
Lo curioso es que, en noviembre los miembros del tribunal eran tres, pero luego alguien hizo que se sumaran Colmenero y Barreiro. Y así, en diciembre, llegaron las duras deliberaciones -especialmente las del día 28, Festividad de los Santos Inocentes-. El resultado de esas duras deliberaciones para llegar a un fallo fue el siguiente: 3 a 2 a favor de la condena para Sáenz que, encima lleva aparejada su inhabilitación como banquero. Ahora bien, alguno de los miembros del Tribunal filtra al diario El Mundo lo que todavía no era ni sentencia ni, por supuesto, se había notificado a las partes. A día de hoy seguimos sin sentencia y sin notificación. A partir de ese momento, la condena a Sáenz se convierte en casi inamovible.
Y ahí surge el lío y las acusaciones entre los miembros del Tribunal. Hispanidad ha podido saber que habrá cambio de ponente (no está bien que el ponente redacte una sentencia de la que se discrepa) pues Maza será relevado por Colmenero, favorable a la condena y hombre conocido por sus simpatías hacia el diario El Mundo. En principio, por tanto, el resultado definitivo seguirá siendo de 3 a 2, favorable a la condena de Sáenz. Y es que, tras la filtración no parece probable el cambio, aunque todo es posible.
Por lo demás, la pregunta sigue siendo la misma: con tres, los partidarios de la absolución ganaban por 2 a 1. Al ampliarse a cinco, pierden por 3 a 2. En otras palabras, la pregunta es: ¿quién aumentó el Tribunal y quién decidió los nombres de los recién incorporados? Dicho de otra forma: ¿quién tenía interés en que Alfredo Sáenz fuera condenado?
Lo cierto es que desde que los Botín perdieron el inestimable apoyo de Teresa Fernández de la Vega las cosas les van mal en los tribunales. Con Rubalcaba se entienden peor. Recuerden, en cualquier caso, que los tribunales no se manipulan presionando al juez -eso resultaría una peligrosa arma de doble filo- sino poniendo el juez y al fiscal apropiados, en el lugar apropiado, en el momento apropiado. O sea, todo muy legal aunque no necesariamente justo. Y en eso, De la Vega era la profesional más cualificada del país.
¿A ustedes les extraña que la institución peor vista por los españoles sean los tribunales de justicia?
Eulogio López
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