Resumo parte de un artículo escrito por Alicia Latorre Cañizares, presidenta de la Federación de Asociaciones Provida, con motivo del aniversario de la aprobación de la Ley del Aborto:
Negro cinco de julio que negó el sol a miles de vidas. Tristísimo día que ahogó el grito silencioso de criaturas víctimas del abandono, de la soledad o la confusión de sus madres. Golpe para el vuelo hacia la libertad, lastre insalvable para el progreso.
Sí, el 5 de julio es el día más triste, porque un pueblo grande y magnánimo abrió la puerta a la muerte inocente y enfrentó a la madre con el hijo y no hay argucia más cruel.
Cuando a un pequeño de nuestra especie, vivo y humano, se le condena a muerte por ley, y su madre se hunde en la desgracia, ya muchas voces callan, y otros gritan fuerte para que no se escuche su llanto. Por eso me niego a que la tristeza nos paralice, a que el entrañable y desgarrador recuerdo de tantas causas perdidas nos quite la esperanza y las ganas de luchar.
Aunque a ratos nos pueda el dolor, aunque dejemos que las lágrimas desahoguen la amargura y la impotencia, sigamos adelante, sin perder el sentido del camino cuyo recorrido no habrá sido en vano.
No dejaremos de recordaros, pequeños nuestros, de generaciones diezmadas. Os mandamos el mejor de nuestros abrazos, el beso más hermoso, oraciones, flores y homenajes, pero sobre todo estad seguros de que queremos a vuestras madres, y que lucharemos por ellas y con ellas para que puedan curar su dolor, para que acojan vuestro perdón y aprovechen esa vida que ellas sí han tenido, en hacer el inmenso bien de que son capaces.
No se puede olvidar al doctor Nathanson, pionero defensor del aborto en los Estados Unidos, incluido el de su propio hijo, que afirma arrepentido: "La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto".
Clemente Ferrer Roselló
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