Después de semanas de vacilación, los ministros de Exteriores de la Unión Europea aprobaron, el pasado día 21 de febrero, un documento oficial en el que condenan enérgicamente los ataques contra los cristianos en Oriente Medio y otras regiones, y expresan su honda preocupación por el creciente número de manifestaciones de intolerancia y discriminación fundadas en la religión.
La declaración también recuerda que la libertad religiosa es un derecho humano universal que debe garantizarse en todas partes.
Los ministros han hecho un compromiso general de cooperar con otros países para promover la tolerancia religiosa. La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha calificado la declaración como un paso en la dirección correcta. Pero considera que la seguridad y la supervivencia de las comunidades cristianas, especialmente en Oriente Medio, requiere acciones concretas.
Esperemos que esas acciones concretas se tomen pronto. De momento esto es un primer paso.
Jesús D Mez Madrid