La elección de Madrid como sede de la JMJ ha resultado más que oportuna: la necesidad de hacer frente al relativismo moral y de responder a una ofensiva laicista que trata de arrinconar a los creyentes es aplastante en los últimos añosEs palpable en la sociedad y en los medios de comunicación y en las instituciones próximas al régimen, especialmente al partido gobernante, por ello ha sido más que un evento extraordinario, has sido una misión en una tierra muy necesitada.
Jesús Martínez Madrid