La juez Alaya (en la imagen), esa señora que siempre avanza, aunque sea en suelo empedrado, con una maleta cargada de papeles, considera que la Junta de Andalucía desvió durante doce años 855 millones de euros en el fraude de los ERE. Una barbaridad, vamos. Pero lo relevante no es lo que digan Chaves o Griñán o el resto de aforados antes de dar una explicación al Tribunal Supremo, sino la reacción del nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Ya se sabe: la corrupción, como el despilfarro, son incompatibles con una izquierda solidaria o que se quiere presentar como tal.

Por eso es Pedro Sánchez quien debe dar una explicación porque su credibilidad política, en estos momentos, se juega en ese partido. ¿No se ha referido ya varias veces, como buen atlético, a la filosofía del Cholo Simeone: "Vamos como siempre, partido a partido" Sánchez debe ser consciente de que la patata caliente está ahí, en lo que estamos escuchando todos los españoles desde hace años: un fraude de fondos públicos que supera cualquier previsión ingenua. Y a la explicación debe seguir, en buena lógica, una actuación acorde con lo que se ha explicado.

La corrupción, como el despilfarro, son incompatibles con una izquierda solidaria o que quiere presentarse como tal
Ahora se conocen, por una filtración 'incomoda' -y posiblemente punible-, los argumentos de la exposición razonada que la juez Alaya ha elevado al Tribunal Supremo. Ya saben, los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán y siete ex consejeros de la Junta, todos aforados, tendrán que dar también sus explicaciones por el caso de los ERE fraudulentos para que el TS juzgue si su implicación, hasta ahora presunta, es real o no para dejar de serlo.

Ante un caso tan grave de corrupción -como el otro 'presunto' que afronta el PP por culpa de su ex tesorero Luis Bárcenas, no nos engañemos-, no valen paños calientes. Y las declaraciones de Griñán o Chaves hablando de juicio político, instrucción subjetiva o discutible, etc… no tienen ninguna trascendencia. Están en el derecho de defensa de cualquiera, salvo que se quiera declarar culpable antes de tiempo si realmente lo es.

Lo importante es lo que diga Pedro Sánchez por lo que conozca Pedro Sánchez (seguro que está tan informado como la juez), que ahora lleva el timón del Partido Socialista. Tiene dos opciones: actuar enérgicamente porque lo que está en cuestión en Andalucía es un caso de corrupción generalizada de los fondos públicos o maniobrar para esconder los pufos de los amigos. La transparencia y la limpieza en las cifras públicas, como en las privadas de cara a lo público (léase el ex president catalán Jordi Pujol), son una exigencia moral inexcusable. A raíz del escándalo de la familia Pujol, el propio Sánchez pronunció una frase muy acertada: "Cuando tiene que elegir entre patrimonio o patria, ¡elige patrimonio, se lo lleva al paraíso fiscal de al lado!".

Mariano Tomás

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