Pero el segundo teniente-alcalde de la ciudad, le da la bienvenida al Papa calificándole como la la expresión de la cara más rancia y oscura de la Iglesia católica. Benedicto XVI cumplirá con su viaje a España dos deseos: peregrinar a Santiago y contemplar in situ la Sagrada Familia.
No hay nada mejor como querer ser tolerantes insultando a los demás. La tolerancia se ha convertido en una palabra tótem, que se puede y tiene que emplear para decir bondades de uno mismo; pero además es también el insulto más oprobioso si llamas a alguien de intolerante.
La visita de Benedicto XVI a España ha exasperado a determinados políticos que aprovechan cualquier ocasión para hacer gala de su espíritu tolerante e insultar y acusar al Santo Padre de todo lo posible y más. Este es el caso del segundo teniente alcalde de Barcelona, Ricardo Gomà, que ha aprovechado la revista Barcelona Informació, que edita el Ayuntamiento y se reparte en todos los domicilios de la ciudad, para insultar al Papa. De él ha dicho que es la Cara más rancia y oscura de la Iglesia católica, le ha echado en cara su visión anacrónica y excluyente de la familia, intolerante de la diversidad y le ha llegado a acusar indirectamente de la muerte de muchas personas por sida, por su discurso hipócrita sobre la anticoncepción. Y claro está, con esta declaración de intenciones, causan cierta sonrisa las palabras del presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, cuando ha afirmado que el Papa encontrará un país respetuoso con la religión católica. Parece ser que la ciudad será respetuosa, pero no que lo sean determinados grupos políticos no está tan claro.
Mientras determinados grupos quieren aprovechar la visita para manifestar su rechazo a la Iglesia, el Santo Padre quiere transmitir en Barcelona un mensaje de defensa de la dignidad de toda vida humana y recordar las visitas que Juan Pablo II hizo a ambas ciudades en 1989 (Santiago) y 1982 (Barcelona). Además, con este viaje, el Santo Padre podrá cumplir dos deseos, como son peregrinar a Santiago de Compostela y contemplar in situ la Sagrada Familia de Gaudí.
Juan María Piñero
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