El ministro de Industria, José Montilla, se toma con calma la reordenación del sector eléctrico, aunque las compañías del sector tienen buenas sensaciones. Por ejemplo, las compañías consideran que ya tienen casi asegurado un sistema tarifario similar al del gas: si sube el gas, sube la tarifa para todo tipo de consumidores.
En otras palabras, liberalizar la tarifa no, pero subir el precio de la luz, sí. Al mismo tiempo, Montilla también ha prometido arreglar el espinoso problema de la gestión de las restricciones, tanto en consumo como en transporte.
No es tan fiero el león socialista como lo pintan, especialmente con las grandes empresas.