El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió al líder nacionalista catalán Artur Mas que sería el futuro presidente de la Generalitat o, al menos, algo muy parecido : que volvería al Palacio de San Jorge siempre que CiU obtuviera más escaños que el PSC. A cambio de recuperar la Generalitat, Mas permitiría que sus hombres, en especial Duran i Lleida, entraran en el Gobierno de España y se ligaran así con el PSOE en lazo indisoluble. Para ello, Zapatero ya ha dado el primer paso : acabar con Maragall y sustituir la candidatura de éste por la de José Montilla.
Ahora bien, Montilla no está dispuesto a hacer de tonto útil. Poco le importan las promesas de su jefe de filas y está dispuesto a ser presidente de la Generalitat. De esta forma, en la mañana del martes el actual ministro de Industria volvía a retar a Zapatero afirmando que el Presidente de Cataluña sería aquel que lograra formar una mayoría parlamentaria. Así, no rechazaba la creación de un nuevo tripartito y echaba un jarro de agua fría sobre las pretensiones de Artur Mas. Por el momento la ejecutiva del PSC apoya con entusiasmo a Montilla. El problema está en saber si lo seguirá haciendo frente a las presiones que les llegan de Madrid.