No hay dos sin tres. Tras la tarjeta amarilla de Standard & Poors, el informe de Moody's. No rebaja nuestra calificación financiera, pero sí afirma que somos el peor país desarrollado en situación económica. El cóctel de paro, endeudamiento privado y déficit público es mortal. El deterioro de nuestras cuentas públicas es descomunal. Gastamos el doble que lo que consumimos, destruimos actividad y empleo a velocidad de vértigo. En resumen: un drama que -según Moodys nos coloca por detrás de Islandia (en 'default' o de Grecia, en grave situación financiera). Y lo peor: absoluta parálisis por parte del Gobierno cuya estrategia se reduce a esperar a que la recuperación exterior nos saque de la crisis
En paralelo al demoledor informe de Moodys, Morgan Stanley, que indulta a España, nos puede servir de triste consuelo. Asegura que nuestro país no es Grecia. Efectivamente. Tenemos bases fiscales más amplias, un territorio menos complejo, más población y algo menos de corrupción política. Pero, a cambio, tenemos todo un récord de endeudamiento privado y más paro que los helenos. Y ahí sí que jugamos en la Champions League.En cualquier caso, el prestigio del país y el prestigio del Gobierno andan por los uselos. Y la imagen comienza a generalizarse.