Aunque califica de positivo el plan de reestructuración del sistema bancario del Gobierno, la agencia de calificación se muestra "escéptica" sobre fusiones de entidades sin que medien ayudas públicas.
Y es que lo que pretende Mariano Rajoy es la cuadratura del círculo: no quiere destinar más dinero público para sanear a bancos y cajas -bastante castigo tienen ya los contribuyentes como para destinar parte de sus impuestos (o subirlos más todavía) a salvar bancos-, pero al mismo tiempo no está dispuesto a dejar caer -quebrar- a ninguna entidad, ya que sería (opina él) un punto negro en su gestión como jefe del ejecutivo.
Pablo Ferrer
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