Sabido es que siempre en Europa han operado enemigos de nuestra cultura, calificables como islámicos y más recientemente algunos, casi siempre ignorados, como los sionistas.
Censurable es que cobardes dirigentes de los diferentes y múltiples partidos europeos no se animaran a demandar a la totalidad de los contraculturales pervertidores de su propia comunidad.
Deberíamos entender que el Islam asedia desde hace siglos, pero además comprender que otra vocación conocida como Judaísmo desde los orígenes de la pujante España también lo hizo. Ambas orientaciones contraculturales fueron reprimidas y expulsados sus seguidores por decisión de los Reyes Católicos a partir de fines del siglo XV, mucho tiempo antes que el sionismo político como organización universal fuera instaurado. De esta manera los reyes Doña Isabel y Don Fernando actuaron como certeros estadistas para la pujante fundada España incluidos los dominios de ultramar, que sus descendientes no pudieron sostener.
En nuestro siglo XXI los habitantes de España continúan padeciendo la ineptitud de sus dirigentes (comenzando por la del propio Rey) y los hispanoamericanos las de demasiados pretendidos líderes, incapaces de lograr la integración e imperio del mundo que los ancestros descubrieron, exploraron y conquistaron con sus personales sacrificios y la unívoca voluntad cultural occidental.
Esta explicación histórica demanda la necesaria toma de conciencia para todo español de que además de este tremendo fracaso su organización política padece una quinta columna islámica que apoya al terrorismo bélico. También lo hace una insidiosa quinta columna sionista erosionando la cultura hispana, sus creencias, costumbres y valores, en el mundo entero: al respecto solo queda analizar con detenimiento las producciones confabuladas de muchos medios de comunicación, el origen y propietarios de estas empresas, sus realizadores, sus noticias, comentarios e intencionalidad.
Desde América hispana insisto en expresar el sentimiento a favor del genio de mis ancestros por el predominio del espíritu de nuestra raza: la libertad, el bienestar y la prosperidad en la tierra de promisión y posibilidad que ellos supieron descubrir.
Claudio Valdez