Su última voluntad: instalar la capilla ardiente en el Congreso
Acudió al Debate sobre el Estado de la Nación en silla de ruedas y en un estado de salud muy deteriorado. Pero estaba ahí. "Un diputado debe estar aquí en el Debate sobre el Estado de la Nación", decía. Eso es vocación política. Tanta que su última voluntad es que su capilla ardiente se instale en el Congreso de los Diputados.
Murió, nos consta, cerca de Dios, del que se mantuvo con cierta distancia hasta poco antes de regresar a la Casa del Padre. Ha muerto un Político con mayúsculas, un hombre de estado, un servidor público y un amante de España. Desde la perspectiva alertaba de los riesgos de la federalización de España. Como hombre de la Patria, disponía de una atalaya nada estridente ni vanidosa, simplemente carente de miopías.
Supo pasar página a su atentado. Pero nunca olvidó que fue Arnaldo Otegi- ese "hombre de paz"- quien dirigía el comando que casi le manda al otro barrio antes de tiempo. Descanse en paz.