Al menos 25 personas han muerto y 69 han resultado heridas hoy jueves como consecuencia de una nueva oleada de atentados con bomba contra zonas mayoritariamente chiíes de la capital de Irak, Bagdad, según un nuevo balance procedente de fuentes policiales y hospitalarias.
Hoy, el primer ministro irakí es el chií Nuri al Maliki. Estos atentados se producen en el contexto del recrudecimiento de la violencia religiosa, después de que Nuri al Maliki ordenase, el pasado 18 de diciembre, la detención de un vicepresidente suní, Tareq al Hashemi, y solicitase al Parlamento el cese de su viceprimer ministro, el también suní Salé al Mutlaq.
El pasado 18 de diciembre los últimos soldados estadounidenses que permanecían en Irak abandonaron el país a través de la frontera con Kuwait. La invasión de Irak, entre el 20 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue llevada a cabo por una coalición de países encabezada por los Estados Unidos. Otros países estuvieron involucrados en la fase de ocupación posterior. La invasión marcó el inicio de la Guerra de Irak.
¿Para qué ha servido la Guerra de Irak?
Durante todos estos años la guerra se ha cobrado la vida de 100.000 civiles y de más de 4.400 soldados estadounidenses. Sadam Hussein fue capturado en diciembre de 2003 y ejecutado en la horca tres años después. Además, se calcula que la invasión de Irak ha tenido un coste de un billón de dólares.
Hoy vemos las consecuencias: un país roto y víctima de continuos atentados por parte de los insurgentes suníes. (Hay que recordar que el país se construyó en 1920 a partir de los kurdos sunitas musulmanes en la partes altas del norte, los árabes sunitas musulmanes en las llanuras centrales y los árabes chiitas musulmanes parcialmente parlantes del persa en las tierras bajas del sur). Según los analistas, los ganadores de estos años destructivos han sido los chiítas, mientras que los árabes sunitas han sido los grandes perdedores.
Ya lo advirtió el Papa Juan Pablo II: la guerra de Irak es "inmoral y arriesgada y un "crimen contra la paz".
Pero no le hicieron caso.
Sadam Hussein era un cruel y sanguinario dictador. Pero la guerra no fue la solución. Ha sido una guerra injusta y fracasada.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com