Sr. Director:
A día de hoy todos sabemos cómo se engendra un hijo. Sin embargo, las mujeres que abortan olvidan la correlación evidente embarazo-sexo, aunque sinceramente ignoro el motivo.

Muchas embarazadas se ven chantajeadas vilmente por el donante del cromosoma masculino, con la amenaza de un cruel abandono. Otras muchas, menores de edad, son obligadas a abortar contra su parecer por sus mismos padres. Más que lamentarse por el número creciente de abortos, habría que plantearse el por qué el sexo es hoy poco más que un entretenimiento de consumo al que se le ha despojado de toda su grave responsabilidad.

Millones de mujeres con el trauma post aborto se suman cada año en el mundo, y serán víctimas de una serie de alteraciones psíquicas, de la afición por las drogas, el alcoholismo o el suicidio.

Sólo la Iglesia les abre con ternura y sin rencor las puertas a la sanción interior que Jesús da a todos los que se arrepienten de sus errores. Mientras, las leyes, cuanto más "progres" menos capaces son de proponerles otras alternativas.

En el fondo, no las quieren, porque el aborto supondrá para ellas un suicidio en vida.

Eva Catalán

mariacatala6@gmail.com