La crisis y la competencia hacen tambalear las cuentas de la aseguradora

Es verdad que Mutua Madrileña cuenta con fondos propios generosos. Pero también es verdad que la crisis, la caída en la venta de vehículos, la competencia y la decisión de congelar las primas ha recortado los ingresos y los beneficios. Así que la Mutua Madrileña de Garralda podría plantearse la venta de la cartera industrial construida por su antecesor: Pomatta. Así que las participaciones en Sacyr y en Repsol están en riesgo.

La razón sería doble. Por una parte la económica. Puede que Mutua necesite liquidez para crecer, fortalecer la solvencia, etc. No es el momento de crear una cartera industrial. Pero hay una segunda razón: Garralda está empeñado en borrar la huella de su antecesor, Pomatta. Y eso a pesar de que fue Pomatta quien reconvirtió la aseguradora madrileña en una aseguradora nacional, multiplicó las cifras del balance y de las cuentas de resultados y creó un inicio de cartera industrial. Pues bien, de eso, nada. Hay que borrar la herencia. Porque además, los mercados aprietan.