Ante una UE de 27 miembros, absolutamente ingobernable, Sarkozy, Merkel y Brown se reparten el continente. Políticamente, se trata de establecer un trío que agilice la toma de decisiones y apruebe una Constitución de urgencia. Económicamente, se trata de establecer un proceso de consolidación en sectores estratégicos las empresas alemanas serán clave en el centro y el este europeos, las francesas controlarán el sur y Londres será la City financiera del continente. En plata: las empresas españolas están llamadas a ser absorbidas por las francesas. Italia sería la gran perdedora. La Conjura de Sarkozy y ZP no deja de ser una tomadura de pelo del francés al español que apoyó a Ségolène. La energía es el primer paso: EDF, Suez, E.ON, RWE y quizás ENEL, se repartirán el continente

Es una Europa de dos velocidades, sólo que con un núcleo duro, formado por Alemania, Reino Unido y Francia. Es el modelo que el nuevo presidente francés Nicolás Sarkozy ha propuesto a la canciller alemana Angela Merkel y al sucesor de Tony Blair, el británico Gordon Brown. La idea es muy simple: una Europa de 27 miembros es ingobernable, hay que buscar un mecanismo mucho más ligero de toma de decisiones, en la que sólo participen los tres países más poblados de la UE. Al tiempo, se aceleraría un nuevo Tratado Constitucional reducido a la mínima expresión que no diga nada- para que sea aceptado por todos, incluso por Polonia, que reclama su soberanía moral. Pero eso no deja de ser una cortina de humo.

Y es que el reparto más importante de poder es económico. Se trata de que en sectores clave, sobre todo en el financiero y el energético, se constituyan grandes consorcios a partir de compañías alemana que se extenderán por el centro y este europeos, mientras las francesa lo hacen por el sur y el arco mediterráneo. Los británicos, menos amantes de la industria y más del monopolio del ahorro, seguirán siendo la base de la futura city europea y la conexión con Estados Unidos.

No es un esquema rígido, naturalmente, porque no puede serlo, porque Italia, prácticamente los mismos habitantes que Francia y el reino Unido, levantará la voz todo lo que pueda. Pero, en cualquier caso, a España le toca el papel de colonizada, especialmente por empresas galas. La operación Suez para hacerse con Iberdrola se pretende sea la primera de toda una serie.

Por eso, cuando la prensa española, tras la visita relámpago -tan relámpago como la de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice- habla de conjura entre el francés Nicolás Sarkozy y el español Rodríguez Zapatero, en los ‘lobbies' europeos y en los despachos de las grandes empresas se ríen con ganas. Más que una conjura ha sido una tomadura de pelo de Sarkozy a ZP, al que el francés ha convertido en una especie de protagonista de un mini-tratado Constitucional de urgencia, pero al que no ha invitado al banquete de los elegidos. Antes al contrario, las empresas francesas están llamadas a entrar en Italia, España y Portugal. En el plano humano, Sarkozy no olvida el apoyo de ZP a su adversaria, Ségolène Royal

La concreción del Eje París-Berlín-Londres en el sector energético es clave. Se trata de que las alemanas E.ON y RWE, así como las francesa EDF y Suez, se repartan el continente. A lo mejor hay que contra con ENEL; pero se intentará no contar con Iberdrola, y para eso Suez debería comérsela.