Desde el Ejecutivo se reclama a los medios afines una buena campaña de propaganda, mientras en la City se cuenta el chiste de Liverpool
Seguro que lo han oído. Un ejecutivo británico se encuentra en su despacho, un viernes las 15,00 horas, apunto de salir para su sagrado 'weekend' cuando aparece un subordinado con la cara desencajada:
-Señor director, el edificio está ardiendo.
A lo que el Ejecutivo, sin despeinarse, responde:
-Pues menudo disgusto me voy a llevar el lunes por la mañana.
Pues bien, lo mismo ha ocurrido en Madrid, en agosto: la crisis es pavorosa, nadie lo duda, pero los rectores de la vida económica han decidido asustarse en septiembre.
Naturalmente, ninguno de ellos se cree que el Consejo de Ministros convocado por Zapatero para analizar la crisis económica, en pleno agosto, sirva para nada. Pura cosmética, especialmente cuando el único que proponía un cambio de rumbo, el titular de Industria, Miguel Sebastián, ha recibido un "no" antes de empezar.
Y es que no se trata de cambiar de rumbo, sólo de que lo parezca.