En días de vacaciones, con más tiempo del habitual para dedicarlo a cosas que no exigen inmediatez, he podido leer y escuchar diversos medios, me ha vuelto a sorprender cómo una misma noticia es alterada, no ya por el color del medio sino de sus afinidades con el poder.
En este contexto, el clamor popular que en los últimos días de junio se elevaba en petición de un adelanto de las elecciones, muestra hasta qué punto les resulta cada vez más difícil manipular la verdad a los partidos y los medios afines. Podría afirmarse a este propósito, por paradójico que parezca, que la crisis económica está ofreciendo la oportunidad de poner a cada cual en su sitio, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por disimular su incompetencia y hacer de la mentira una virtud para mantenerse en el poder, ayer afirmaban que si tenemos presupuestos será por culpa del PP que no busca el bien de España.
En definitiva, quien considera que lo falso es verdadero, ha dejado de ser libre y cada vez resulta más patente que la sociedad empieza a valorar más la verdad como fundamento de la libertad.
Domingo Martínez Madrid