La ministra de Medioambiente, pieza clave en el Gabinete Zapatero, plantea las bases de  la economía ecología

 

 

Puño de hierro en guante de seda. Esa podría ser la definición de la titular de Medioambiente del Gobierno de Rodríguez Zapatero, Cristina Narbona, economista, hija de periodistas y especializada en el sector hipotecario. Pertenece a un grupo de socialistas que ha llegado a la ecología desde la economía, hasta realizar una especie de fusión doctrinal entre ambos elementos.

 

A pesar de ser un ministerio en teoría menor, la capacidad de Narbona para lanzar propuestas le convierten en eje clave de la política económica que, en teoría, coordina y lidera el vicepresidente Pedro Solbes. Durante la mañana del jueves 8 de julio, aprovechó su comparecencia ante la confederación española de directivos y ejecutivos, que preside el director general de La Caixa, Isidro Fainé, para recordar dónde se sitúa la política económica del PSOE. Hasta el momento constituye la mejor definición de una estrategia concreta, una definición que se echaba de menos y que hasta el momento no había realizado ninguno de sus compañeros de gabinete, y menos el propio presidente.

 

Fainé se lo puso fácil, dado que se refirió a que "lo ecológico es hoy lo mismo que en los años 60 fue el pacifismo". De entrada, Narbona se empeñó en demostrar que la ecología no tiene por qué resultar cara ni antieconómica, y que no tiene que ser un factor que dificulte la competitividad de las empresas.

 

Narbona recordó de forma pertinente que "en el mundo existen países competitivos que pagan salarios bajos a sus trabajadores y compiten por eso, por precio. Ese no es el modelo que pretende este gobierno para España… Desarrollo sostenible es desarrollo inteligente".

 

Y pasando al tema  estrella, al menos desde el punto de vista ecológico. En el momento presente, es decir, el protocolo de Kioto, Narbona afirmó que las compañías eléctricas tienen "margen en su tarifa para que la aplicación de Kioto no suponga una elevación en el precio de la luz". Es más, en referencia a los apagones sevillanos, Narbona echó la bronca a las compañías eléctricas: "Que empleen parte de los beneficios obtenidos durante los últimos años (sólo le faltó añadir durante los años del Gobierno Aznar) a mejorar la calidad del servicio". Narbona asegura que "es más rentable la generación que la distribución" y que por ello las empresas no invierten donde deben. "Talmente", parecía una alusión a Endesa, y conociendo que Narbona es una animal político, y a su presidente, de quien todo el mundo conoce su cercanía al PP. Eso sí, Narbona incurrió en un viraje demagógico: la ministra sabe perfectamente que, al menos en lo que se refiere a la alta tensión, la responsabilidad del suministro corresponde a REE, donde las eléctricas son socios minoritarios.

 

Narbona dejó claro que el Gobierno no piensa ceder en su apuesta por Kioto. Es más afirmó que España es el país que más alejado está del cumplimiento del protocolo.

 

Y más, lanzó el mensaje de que el Gobierno se dispone a premiar el uso de las energías alternativas, no sólo la eólica, sino también la solar. Un ejemplo: "España tiene el doble de horas de sol que Alemania. Sin embargo, Alemania tiene una energía solar instalada diez veces superior a la española".

 

Predicará con el ejemplo. Narbona aludió a una política de compras públicas que premie a las empresas que asuman criterios de responsabilidad social y ambiental. ¿En qué se concreta un boceto tan difuso como ese? Pues en cuestiones tales como la elaboración de códigos ecológicos, ecoauditorías, certificados de calidad ecológica, etc.

 

Y como la letra con sangre entra, Narbona anunció también una modificación jurídica por la que al actual delito ecológico (recogido por vez primera en el código penal del 95) se añadirá ahora la vía civil.

 

Al menos, dentro del guirigay de contradicciones internas que constituye la política económica del nuevo Gobierno (o al menos lo que conocemos de ella), Narbona, la responsable de Medioambiente, ha sido la primera en elaborar un cuerpo doctrinal que al menos se tiene de pie. Narbona ha inventado la economía medioambiental, o si lo prefieren, la eco-economía.