Sr. Director:

Todo parece indicar que VolksWagen se marcha de la planta de Landaben. O al menos una parte importante de la producción. Igual da. Lo importante es que la culpa no es de los trabajadores. Sino de un sistema y de un gobierno de comunidad foral que no solo se comporta y destila de una manera puramente neoliberal, sino que apoya la empresa hace no mas de un año con ayudas a la que iba a ser puntal de seguridad del trabajo de esa fabrica en Navarra. Para que luego su partido (el de Sanz... y el de toda Navarra, eso si que es nacionalismo obligatorio... la única opinión la suya) apoye la OPA de E.ON sobre la de Gas Natural.. En fin. Este no es el camino. Así, con una empresa matriz, VolksWagen, que monopoliza el mercado laboral de Navarra, supone un declive dulce de lo que pasado s unos años puede no ser mas que un oasis de 40 años de industrialización, basado mas en museos que en fabricas. Iré paso a paso.

Los trabajadores de Navarra piden puesto que tienen un nivel de precios X, para lo que, para poder llevar una vida digna, y que no pierda por el incremento del IPC poder adquisitivo, necesita un salario determinado y un incremento determinado Y de su salario. Es tan sencillo como A B=C. Sabemos bien que el neoliberalismo de Sanz, debido al auge de precios del petróleo, entre otras cosas, quiere reducir los costes laborales aquí, para hacer dumping social en los países donde la lucha obrera no esta tan organizada o ha sido convenientemente reprimida. Al obrero lo consideran como un elemento más de la cadena de montaje. No importa su vida. Y para más INRI la comunidad foral es junto con la CAV la que mayor renta de la península tiene. Una renta que hace que los trabajadores tanto de vascongadas como de Navarra sean, desde el punto de vista de la empresa unos privilegiados. Unos niños mimados que no tienen derecho a quejarse, puesto que en Tailandia al obrero medio le pagan un octavo por el doble de trabajo (mientras en sus paradisíacas playas el empresario navarro se toma un daiquiri al sol... lastima de tsunami, pero esa es otra historia).

Pasemos al Gobierno. Y a la Empresa. Si, son culpables. ¿Solo porque lo diga la izquierda? No, claro esta. Lo es porque primero desregulariza el mercado de trabajo. Como hemos visto lo hace a través de una precarización comparativa. O si no el trabajo es para ellos. Además de esto el Gobierno que se dice libre mercantilista paga subvenciones a las empresas, cuanto más grandes mejor, al mejor estilo Pujol, tratando de instalar multinacionales en el territorio. Esto también ocurrió en Estados Unidos. Que se lo pregunten a Flint. O incluso a Seattle, que era sede de Boeing y Microsoft. Digo bien. Era. Y en Navarra esta pasando lo mismo. Y el gobierno de todas y todos los navarros defiende a la empresa. Como no, en vez de a sus ciudadanos. Puesto que en realidad Navarra no le importa un pimiento a la derecha. Solo su bolsillo. Enriquecerse y poder mantener el negocio. Y eso se ve en muchos aspectos. Como en agricultura, la defensa del convenio económico, el euskera (porque no) o en el pantano de Itoiz, poniendo en riesgo una zona que, como no les vota a ellos... para favorecer a otra, la ribera, que si les vota. Al final la empresa se instala. Logra beneficios. Obtiene de mientras la subvención. Y se va con viento fresco olvidando lo prometido. Eso es VolksWagen Navarra.

¿Y ahora que? Dado que la mayor parte de la economía de Navarra se basa en la planta o en sus derivados (subcontratas, es lo que tiene el capitalismo postmoderno, que las grandes empresas de miles de obreros las disemina en pequeños tentáculos a los que da condiciones laborales inferiores a la matriz, con lo que se consigue tanto mayores beneficios como evitar huelgas de agárrate y no te menees como la de Euskalduna en los 80. Supondrá, cuando se haya ido definitivamente un erial. Un desierto económico. El empobrecimiento de la comunidad foral. Y aunque luego digan otros que ha sido por otras causas, debemos recordar, mantener presente y denunciar a la derecha navarra causante de este expolio. Puesto que hay alternativas. La defensa de las pequeñas y medianas empresas. En Vizcaya sobre la mitad del empleo lo generan empresas de corte tradicional y familiar. Ese es el fermento que hace que una comunidad no se estanque y pueda prosperar. De las multinacionales, auténticos paraestados (Estados Paralelos), no se puede uno fiar. Un día están aquí, otro allí. Todo por el dinero. Especulación, corto plazo y economía ganancial van de la mano. No se produce por producir. Sino solo en relación al beneficio esperado. Y según eso se decide que se produce, como y donde. Así juega el mercado global que nos han impuesto.

Hay alternativas. Comenzaba el texto con el titulo Horror Vacui. Significa miedo al vacío. A la desocupación del espacio. A la nada. A que todo lo que es y existe desaparezca de la noche a la mañana. Y debe existir ese miedo. Ante eso unos, los sindicatos se posicionan con los trabajadores. Y el gobierno con la empresa. No por esperado deja de sorprender. Más allá del conflicto actual, con lo importante que pueda ser debemos abstraernos y pensar. ¿Qué modelo de Navarra queremos? ¿Cómo queremos que este ordenada su economía? ¿Podemos potenciar la empresa familiar? ¿Hay sitio para un tejido de pequeñas y medianas empresas potente? ¿Es posible hacer devolver a las empresas las ayudas del gobierno (y de todas y todos los navarros) si esta hace una espantada por razones egoístas como es el caso? ¿Tiene el Gobierno (y el Estado) derecho a regular el merca do de trabajo y limitar la capacidad de acción de las empresas? ¿Cuánto? Estas preguntas junto otras de similar estilo son las que la sociedad navarra requiere debatir y afrontar. Son las preguntas de fondo. Las que de verdad importan. De su resolución depende el futuro de Navarra.

Para concluir debo decir que la lucha por los derechos propios, tanto laborales como nacionales no son fáciles. Pero también es cierto que nadie nos dijo que fueran a serlo. Por ello, por todo lo expuesto es más que necesario y urgente un cambio en Navarra. Otra forma de gobernar. Otra forma de concebir la comunidad foral, su economía y sus gentes. Sin odio. Compartiendo lo que nos une. Aceptando las diferencias. Porque otra Navarra es Posible.

Juan Carlos Pérez Álvarez

hanskarlperez@gmail.com