Sr. Director:
Tras leer la noticia referida a que el Sr. Alcalde de Madrid va a casar a dos homosexuales hago dos simples comentarios; el primero es que considerando al Sr. Gallardón creyente (pues como tal se declara y actúa en muchas ocasiones) me escandaliza y considero que comete pecado de escándalo (no entro en su conciencia, sino en actos externos e inequívocos) el cual no sólo exige, dada su condición, el arrepentimiento sincero mediante al sacramento del perdón, sino que ha de restituir, rebajar el escándalo mediante actos públicos y notorios en donde manifieste su error de forma clara y manifiesta.
El segundo comentario viene a decir que si no procede como acabo de comentar el Sr. Gallardón (mucho me temo que así será) espero que entonces las autoridades eclesiásticas (desde el Sr. Rouco hasta el párroco de su casa) tomen buena nota y no le permitan a este señor que pública y manifiestamente querrá permanecer en pecado mortal deshonre a nuestro Señor Jesucristo recibiéndole en la comunión. Es increíblemente más escandaloso maltratar a Dios de esta manera que públicamente negarle la comunión hasta tanto no pida perdón y rectifique. Esto que acabo de decir, no es una opinión, es catecismo de la Iglesia Católica y Código de derecho canónico.
Rafael Llorente Martín
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