La respuesta de don Emilio, al modo chulesco y en Vanity Fair: Después de Madoff duermo igual de bien. El cántabro utiliza el posible fichaje de Goiri en sustitución del consejero delegado y éste conspira contra su jefe. Por otra parte, la tensión en BBVA aumenta tras el despido de Ayuso y los arrebatos de ira de FG

Los dos grandes grupos bancarios españoles viven al borde de un ataque nervios. El Santander, metido en todos los charcos, vive en guerra civil permanente, mientras que el caso Javier Ayuso ha disparado la situación de tensión larvada en el BBVA, producto del no muy buen carácter de su presidente, Francisco González.

Santander: el Banco de España presiona para que se produzcan ambos en el equipo directivo y se refuerce la gestión. Y no le importaría que esos cambios afectaran a la cabeza, a Emilio Botín. En otras palabras, el supervisor pretende que el consejero delegado, Alfredo Sáenz, asuma el control total, con categoría de presidente o no, que eso es lo de menos.

La respuesta de Emilio Botín, que a pesar de poseer menos del 2% del capital se siente propietario de la totalidad de las acciones, llegó vía Vanitiy Fair, junto a Financial Times  y Wall Street Journal, la Biblia de la economía: Después de Madoff duermo igual de bien. De Madoff, y de los bancos islandeses, y de Lehman, y de Atrium... No sólo eso, sino que Botín amenaza con fichar a José Ignacio Goirigolzarri como sustituto de Alfredo Séenz con categoría de consejero delegado. La historia del fichaje de Goiri viene de atrás. En un primer momento, Botín piensa en ficharle como director general primero, a las órdenes de Sáenz. Todavía no se habían roto las relaciones Botín-Sáenz y el segundo lo acepta: Goiri seguiría a sus órdenes. Sólo que el del BBVA no acepta, para eso se queda donde está. Pero ahora la oferta es mejor: la oferta es que Sáenz se convierta en vicepresidente y Goirigolzarri dirija toda la red con categoría de consejero delegado. Ahí es donde Sáenz se planta y donde el Banco de España advierte que no está dispuesto a vestir a un santo para desvestir al otro.

Mientras, en el Santander prosigue la conspiración de la que ya hemos informado en Hispanidad, con Marcial Portela apostando por Sáenz, al igual que otros ejecutivos, mientras el grupo de notables del Consejo opta por Matías Rodríguez Inciarte. ¿Y Botín? Poco le importa  lo que diga nadie: Madoff le quita le sueño.

Mientras tanto en el BBVA, el despido de Javier Ayuso también ha levantado ampollas. La irascibilidad de Francisco González hacia sus próximos es connatural al personaje, y sus pésimas relaciones con su segundo, José Ignacio Goirolgolzarri, son proverbiales. Ahora bien, si algo ha aprendido FG es que no puede prescindir de todo el mundo, al menos, no puede prescindir de Goirigolzarri, que lleva la red pero que muy bien. En este sentido, al Banco de España no le preocupa la situación contable del BBVA. Le preocupa mucho más que el banco se quede sin cabeza.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com