José María Castellano renegociará la deuda de 4.200 millones de euros y estabilizará la plantilla en 3.400 trabajadores. Se especializará en vender en el triple play, aumentar el ebitda y salir a bolsa. La broma del móvil de Galdón costó a la empresa 22 millones de euros
Una de las primeras medidas adoptadas en la nueva etapa de ONO ha consistido en aplicar una cuota de enganche de 40 euros. Propósito principal: ahuyentar a los morosos. Al mismo tiempo, se ha impreso cierta especialización en la oferta. No se renuncia al teléfono móvil, pero sí se abandona la idea del ONO que puso en marcha Galdón, una broma que costó 22 millones de pérdidas. La estrella sigue siendo el negocio básico de la operadora: el triple play (TV, Internet y voz).
Se acabaron los ERES. El último ha terminado por debajo de los 1.000 trabajadores sobre 1.300 previstos y la plantilla queda establecida en los actuales 3.400 empleados.
El segundo vector del plan estratégico de esta nueva etapa en la gestión de ONO es la deuda, deuda rampante, un caso más de la madre de todos los males: el apalancamiento. Emilio Botín vendió AMENA a los franceses de FT y AUNA a Eugenio Galdón, naturalmente a crédito. Conclusión: ONO, tras integrar Auna, acumula una deuda de 4.200 millones de euros con un EBITDA previsto para 2009 de más de 700 millones de euros. Renegociar la deuda se ha convertido en la tarea clave del Grupo.
Ahora mismo, el accionariado de ONO se ha simplificado mucho: el 80% el capital obra en manos de fondos de inversión anglosajones, un 11% continúa siendo controlado por Galdón, aunque cada vez más alejado tanto del Santander como de los Rodríguez Inciarte- y el banco de Botín, junto a un grupo de cajas castellanas, se reparten el 9% restante. Naturalmente, con el endeudamiento en el que Galdón sumió a la compañía no hay manera de encontrar un resarcimiento por dividendo.
Además, ONO no está en venta, ni a Telefónica ni a Vodafone. En este momento, sería malvender. Lo que se quiere es renegociar la deuda, aumentar la capacidad de generación de recursos -lo está consiguiendo tras la revisión de clientes- y, una vez saneado el balance, salir a Bolsa, con lo que los principales accionistas se darán por satisfechos.
A partir de ahí, ONO podrá ser un operador a tener muy en cuenta en el sector teleco español.