En todo caso la jornada de huelga general del 14 de noviembre no se recordará en los anales.
Por delante tenemos un gran trabajo para el que se necesita el concurso de todos. El de un Gobierno que debe explicar con transparencia su política, escuchando las críticas razonables para afinar más y mejor.
El de una oposición que debe bajar del monte para pactar las grandes reformas que asienten el futuro, como han hecho otros grandes países de nuestro entorno. El de unos empresarios y unos sindicatos menos anclados en viejos mitos e inercias, con una dosis de realismo que no está reñida con sus grandes ideales.
Y el de una sociedad civil rica en iniciativas, cada vez más protagonista del presente y del futuro, que no espera recibirlo todo del Estado pero que tampoco deja a su suerte a los más débiles y golpeados por la crisis.
JD Mez Madrid