No ha pasado nada. Marruecos expulsa a 26 religiosos cristianos de su país el pasado fin de semana y no ocurre nada. Increíble. A pesar de que la expulsión se produce a la vez que se celebra la cumbre hispano-marroquí, el Gobierno no levanta la voz para denunciar la falta de lealtad. Ni tampoco el PP. Tanto Moragas como Arístegui tienen sus intereses creados. El caso es que unos por otros, la casa sin barrer.