- Las mujeres son víctimas de violencia sexual de los terroristas, que difunden la práctica de la decapitación de rehenes.
- Según el obispo Doeme Oliver Dashe, Boko Haram controla ya 25 ciudades en el norte de Nigeria.
- En Siria, los yihadistas de Al Qaeda secuestran a un párroco franciscano y a una veintena de cristianos.
Según el obispo Mons. Doeme Oliver Dashe, la secta yihadista controla ya 25 ciudades en el norte del país. Y en los últimos dos meses, once ciudades del territorio de la diócesis han caído en manos de Boko Haram. "Hace treinta días, las comunidades católicas de Gulak, Shuwa, Michika, Bazza y otras fueron saqueadas por crueles ataques terrorista de Boko Haram", dice Obasogie. "Gwoza y Magadali están bajo el control de terroristas despóticos y tiranos desde hace 60 días".
Las mujeres son víctimas de violencia sexual y se difunde la práctica de la decapitación de rehenes de los terroristas, como ha ocurrido a un piloto militar que fue capturado después de lanzarse desde su avión derribado por Boko Haram el 11 de septiembre.
Obasogie describe las terribles condiciones en las que las personas desplazadas se ven obligadas a vivir, acogidos en casas de familiares y amigos (incluso 60 y 70 personas a la vez), o en estructuras improvisadas en Maiduguri, Mubi, Yola, Uba, Gombe, Biu y Damaturu. El pensamiento de las personas desplazadas va también hacia aquellos que no pudieron huir, personas mayores o enfermos, pero también a los jóvenes.
Pero el yihadismo, como sabemos, también hace estragos en Irak y Siria. En este último país, el padre Hanna Jalluof, párroco de la feligresía de Qunayeh, ha sido secuestrado por miembros del grupo yihadista Jahbat al Nusra, afín a la red terrorista Al Qaeda, confirmó la Custodia Franciscana en Tierra Santa, informa Efe.
En un comunicado colgado en su página web, la custodia detalla que un grupo de hombres armados irrumpió la madrugada del domingo en una de las instalaciones de los franciscanos y se llevó al padre Jallouf y a varios ciudadanos de la citada localidad. Las monjas franciscanas que estaban en el convento pudieron huir y refugiarse en casas vecinas, agrega la nota si ofrecer otros detalles.
"No podemos decir donde están ahora el padre y el resto de los prisioneros ya que, hasta el momento, no hemos podido contactar con los captores. Recemos por él y por todas las otras víctimas de esta trágica guerra sin sentido", concluye.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com