Sr. Director:
Aún permanecen en el Continente Africano 250.000 críos en poder de regimientos y grupos de guerrillas.La niña soldado China Keitetsi se esfuerza desde Dinamarca para combatir este estigma. Opina que el universo ha traicionado a muchos africanos que exponen, en una patera, sus vidorrias para arribar al Continente Europeo.
No ha sido capaz de tornar a Uganda, pero está edificando en Ruanda un hogar para la prole de las chiquillas que, como le sucedió a ella, liquidaron su virginidad en primera línea de fuego.
Keitetsi asevera que hablar sobre mí se ha convertido en un arma para ayudar a otros niños soldado. El dolor es parte de ti para siempre. Aprendes a vivir con ello, aceptas lo que ha pasado y ya no lloras todos los días.
Cuando huyó de la guerrilla en 1995, se despojó a su hijo y, al arribar a Sudáfrica, se dio cuenta de que residía preñada de nuevo. Se ha desarrollado sin ningún afecto y al vislumbrar lo acontecido advierte que su niñez se ha esfumado. Permaneció diez años en el ejército.
Te rapan el pelo, te convierten en un pequeño soldado que debe andar y hablar como un chico. Debes ser dura demostrar que eres tan fuerte como los demás. Al mismo tiempo eres un objeto sexual, añade Titetsi.
Todo era aterrador, resistía con trece años y tenía que dar a luz sola en la jungla, detrás de haber yacido ajada por la violación.
A los chavales se les implantaba el pánico en las arterias, se les exigía estar perennemente dispuestos con vapuleos, con guantazos y con vilezas, el miedo era nuestra droga.
Según la ONU, más de dos millones de niños han muerto en situación de conflicto armado y seis millones sufren amputaciones o incapacidad irrecuperable.
Clemente Ferrer Roselló
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