Nine narra la dificultad que conlleva el proceso creativo. Todo ello trasladado a imágenes en un totum revolutum que, aunque rinde homenaje a Federico Fellini, recuerda argumentalmente a All That Jazz, de Bob Fosse (1979).
Daniel Day-Lewis (que llena la pantalla pero canta regular) encarna a un mujeriego y megalómano director de cine italiano que ha perdido la inspiración en sus últimas películas y al que sólo parece importarle su trabajo. En medio de la crisis creativa que lo tiene paralizado rememora a las mujeres que, desde su infancia, le han marcado: su madre, la prostituta que conoció de niño, su amante, su musa, su fiel esposa
Nine interesa más como drama que como musical. De hecho la primera hora de la película se hace muy pesada porque se limita a enlazar diversos números musicales en los que las estrellas femeninas del reparto (nada menos que siete) intentan lucirse (destaca el tema que interpreta la cantante Fergie: Be Italian, a pesar de constituir el apartado más sórdido de la película). Afortunadamente este drama musical levanta vuelo cuando empieza a tomar peso el personaje de la esposa del cineasta (Marion Cotillard resulta creíble y maravillosa) y el director se replantea qué debe hacer con su proyecto cinematográfico y, lo que es más importante, con su vida
En este reparto femenino tan amplio hay interpretaciones flojitas o injustificadas. Es el caso de Sophia Loren, totalmente fuera de lugar porque no intenta aproximarse a su personaje de mamma italiana sino que hace de ella misma. Y también resulta innecesaria la subtrama de la periodista de moda que interpreta Kate Hudson que fue incorporada a la película (no existía en la obra de Broadway) porque el director quería que esta actriz interviniese en el proyecto.
Para: Los que vean todos los musicales sin excepción o los que contemplaron el musical de Broadway y quieran hacer comparaciones