En Europa se ejecutan más de 1,2 millones de abortos cada año, según la investigación del Instituto de Política Familiar.

Francia capitanea el ranking y España se instala en la sexta posición. Son cifras patéticas que muestran una evidencia; cada año aumenta la cantidad de abortos perversos, incremento que asimismo, se está dando en doctores objetores que se niegan a consumar asesinatos de niños inocentes e indefensos.

El presidente del Colegio Oficial de Médicos, Pedro Núñez, ha manifestado que "la independencia, la autonomía y la libertad de los médicos no son negociables" y que "tener una opinión y principios éticos es lo que separa a los seres humanos de un rebaño de ovejas". Juan José Rodríguez, secretario del Consejo General de Colegios de Médicos, aseveró que "a nadie le ha de extrañar que un médico tenga dificultades para acabar con la vida de un niño.

Razones personales y morales pueden llevarle a no hacerlo. La objeción de conciencia es un derecho constitucional que hay que respetar".

Un caso insólito es el que se ha originado en Italia; se ha elevado la cifra de ginecólogos objetores. Un 70 por ciento de los médicos son objetores de conciencia, se oponen a la interrupción voluntaria del estado de gravidez, esto es, rechazan aniquilar a seres vivos, en el seno materno. Por otra parte, en Portugal, según el Colegio Oficial de Médicos, más de 2.000 obstetras-ginecólogos y médicos de familia, han declarado su objeción de conciencia al aborto. También se niegan a matar niños angelicales y desabrigados.

"Objetar es negarse a matar niños", afirmó Guillermo López García, profesor de la Universidad de Navarra.

Clemente Ferrer Roselló

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