Sr. Director:
Se agradece la información, pero me temo que la práctica no es tan sencilla: Sólo por el hecho de personarse la policía se levanta un acta. Una vez personada allí la policía, debemos demostrar que el propietario no ha querido proporcionarnos las hojas de reclamaciones. Todo esto contando con que la policía llegue de inmediato. Con todo ello, lo único que nos quedaría sería obligar, ante la presencia de los agentes, a que se nos entregasen las hojas de reclamaciones.
Una vez rellenas y entregadas a la oficina municipal de consumo, se abre un proceso que, con suerte, puede derivar en la obligatoriedad de retirar dicho material de la vista de los clientes, hecho extremadamente complicado puesto que requiere de denuncia previa ya sea por parte nuestra como afectados o por parte de la oficina de consumo, y habrá que demostrar feacientemente que dicho material ha estado efectivamente expuesto a todo tipo de público...
Eso sin considerar que las editoriales que publican dichas revistas, se cuidan mucho de que sus portadas sólo sean sugerentes y nunca pornográficas, lo cual es tan subjetivo que queda en muchas ocasiones a juicio del consumidor. Podríamos continuar con la lista de problemas burocrático-legales, pero prefiero detenerme aquí. Una vez más debemos acudir al principio de la justicia legal, o lo que en primer curso de derecho se plantea con la pregunta: ¿Es justo todo lo que es legal?, porque retomando la argumentación anterior, al señor vendedor del kiosko sólo lo podríamos poner en un aprieto con el fin de obtener las hojas de reclamaciones de sus manos, pero poco más, a no ser que seamos una organización dedicada exclusivamente a este menester y tengamos tiempo suficiente, por ejemplo, para tomar fotos del kiosko con material pornográfico a la vista de todos (si es que, con la ley en la mano podemos demostrar que es pornográfico).
En una palabra: Los defensores de la Moral Social de inspiración Cristiana, estamos en inferioridad de condiciones y derechos, con la ley en la mano.
César Montesinos Ambóu