El presidente de la Generalitat, Artur Mas, defendía el pasado sábado que el futuro no se construye con violencia, sino "con democracia y permitiendo votar a los pueblos que han luchado en su historia por ser pueblos", y sin citar a quien la pronunció, ha criticado que "desde una homilía se dijese que el espíritu de la Guerra Civil estaba vivo", y ha considerado 'inciviles' todas las guerras.
Además, ha asegurado que Cataluña "no es una nación por la sangre ni por la raza ni por intereses económicos", sino porque ha sabido mantener su cultura por encima de monarquías absolutas, de pronunciamientos y de guerras.
Llevamos una semana escuchando como no paran de alzarse voces contra el cardenal, muchas de ellas fruto de una lectura sesgada de su homilía.
La de Mas, además de rancia e inoportuna, llega cuando la tormenta empezaba a ser calma, sin duda, tampoco en esto ha mostrado poseer el don de la oportunidad.
Pedro García