Es importante concienciarnos del gran esfuerzo educativo que ha de hacerse, con el fin de promover un cambio efectivo de mentalidad que nos lleve a adoptar nuevos estilos de vida.
Es justo reconocer que nuestros usos diarios están cambiando, y que existe una mayor sensibilidad ecológica. Pero también es cierto que con facilidad se corre el peligro de olvidar estos planteamientos durante el período vacacional y post vacacional, buscando ciertas comodidades a las que consideramos que tenemos derecho, sin reflexionar siempre sobre sus consecuencias. Y, sobre todo, es cierto que no siempre entendemos esa sensibilidad ecológica desde una visión integral del ser humano.
Así nos encontramos, por desgracia, con personas muy sensibilizadas con el medio ambiente en general, pero que no muestran el mismo respeto hacia su propia vida y hacia la vida de los demás.
El tiempo vacacional, y en concreto el fenómeno migratorio del turismo, nos ofrece una magnífica oportunidad para salir al encuentro del otro y para testimoniar con el ejemplo que es posible otra forma de entender la ecología; un bien, como nuestra propia vida, del que no somos dueños absolutos, sino administradores a los que se nos ha confiado para que lo gestionemos adecuadamente.
Enric Barrull Casals