Sr. Director:
Los datos eran demasiado evidentes para que la solución a la salida de la crisis pudiera ser un maquillaje cargado de miedos y de compromisos paralizantes.

Por ello, las razones del cambio necesario eran muchas y muy poderosas y las de las medidas que se están tomando, por drásticas que parezcan algunas también: más de cinco millones de desempleados, más de un millón de familias con todos sus miembros en paro, el desconcierto educativo cargado de legislaciones que pretenden la disolución de los fundamentos morales de nuestra convivencia, unas decisiones normativas sobre la vida, el matrimonio y la familia que nos colocan a la cabeza del disparate antropológico, la ruptura y el enconamiento a cuenta de la mal llamada memoria histórica, etc.

Eran éstos y muchos más, los argumentos para que la sociedad española despertara de su adormecimiento y tomara las riendas del protagonismo del cambio. Este ejercicio va más allá de la política, es un ejercicio de responsabilidad moral de todos.

Tal vez por eso las reacciones a las decisiones, a veces duras, del nuevo Gobierno son más contundentes que las que la oposición y sus correas de transmisión (sindicatos mayoritarios) desearían.

José Morales Martín