Queridos argentinos: el abajo-firmante agradecería que, en la medida de lo posible, imitarais a España en lo bueno, no en lo malo. Ciertamente, ahora mismo no se me ocurren muchos motivos de santa emulación pero no pierdo la esperanza.

La agencia Notivida (nº 834) ha realizado un espléndido resumen sobre la situación de la familia en el nuevo Código Civil de la inconmensurable presidenta Cristina Fernández, viuda de Kirchner. Ojo al dato: lo de menos es la puerta abierta al homomonio, esa entronización de la sodomía. No, el asunto es mucho más grave y se parece como una gota de agua a otra a la reforma del Código Civil de nuestro nunca bien loado presidente Zapatero. La clave consiste en erradicar el compromiso con el otro, suprimir el voto, como esencia del matrimonio y de la familia. Observen que el Código Kirchner posibilita el divorcio inmediato sin alegar causa alguna. Esto es, se repite la esencia del mensaje que la ex vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega, expresó de manera magistral cuando promulgó el código zapateril: "a nadie hay que preguntarle por qué se divorcia". Y entonces, ¿dónde está el compromiso? ¿Dónde el derecho? Y sobre todo, ¿dónde el sentido común?

Porque, mire usted, si no hay compromiso no hay que decretar el divorcio-exprés: lo que hay que derogar es el matrimonio.

Eulogio López

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