La economía española decreció en 2012 un 3,7%, menos que el -1,5% que esperaba el Gobierno pero más de lo que soñábamos tras el optimismo monetario del segundo semestre.
En respuesta, con la vista puesta en las encuestas, don Mariano Rajoy (en la imagen) se ha lanzado a otorgar subvenciones públicas, para conseguir reactivar la economía.
Ahora bien, con subvenciones a la compra de coches no se reanima la economía sino de forma transitoria. La economía se reactiva con menos impuestos -sobre todo, con menos impuestos laborales- y con más productividad. Eso sí, la productividad debe entenderse, al menos en España, trabajando más y mejor, no cobrando menos.
Muchos lectores se sorprenden de que Hispanidad promueva la subida de salarios bajos, especialmente del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). No deberían: España es un país de salarios bajos pero, sobre todo, de gran disparidad salarial. Nuestro SMI es menos de la mitad del francés y nuestro salario medio menos de la mitad del británico. No son los salarios dignos los que provocan desempleo sino los que incrementan el consumo y anulan la economía sumergida, sobre todo si se reducen las cuotas sociales, verdadero misil contra el empleo.
Además, eso de las subvenciones, ¿verdad que no queda muy liberal
Eulogio López
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