Sr. Director:
Nadie puede opinar en contra de la inmigración, nadie se puede mostrar contrario a los matrimonios homosexuales, así como un posible interminable de ejemplos. Con esto no quiero decir que este conforme con dichas ideas, lo que quiero hacer ver es que la democracia no consiste en el adoctrinamiento de la masa, no reside en el hecho de prohibir todo pensamiento que no comulgue con lo políticamente correcto, lo grandioso de toda democracia es el diálogo, el respeto y la tolerancia hacia el otro, en la permisividad de que haya gente que no este conforme con ciertas cosas, de lo contrario, ¿donde reside la libertad de expresión?, ¿dónde ha ido a parar la diversidad? Si lo que queremos es una sociedad que garantice los derechos de todos, para eso tenemos los tribunales y nuestros políticos que siempre tratan de alegrar estadísticamente a sus electores con unas leyes cada vez mal hechas a la medida de lo que los estudios de opinión consideran como refrendadas por la mayoría.
Pues sí, pese a que les pese, miren dentro de su interior y piensen en todas aquellas ideas que se ven obligados a ocultar al público por miedos sugestionados por esta sociedad.
Yo personalmente no entro en ese juego; si vivimos en una democracia, cualquier idea que se ajuste a nuestro ordenamiento jurídico debe ser respetada y no clasificada, así pues, como vasco no nacionalista y no de izquierdas, quería decir a todas aquellas personas hartas del nacionalismo y de la omnipresencia de las ideas progresistas, que como ciudadanos tenemos nuestro derecho, y el primero de todos es que se respete nuestra opinión, ni soy facha ni conservador, pero ni me gusta Ibarretxe ni Zapatero, y a decir verdad tampoco me gusta Rajoy, y no, tampoco me gusta Esperanza. Así que no me clasifiquen, simplemente respétenos.
Jorge Ipiña Pando
kidon12@hotmail.com