Las casas de bolsa constituyen el instrumento clave, tan importante como los bancos aunque no tanto como la banca industrial-, del sistema financiero japonés. Si se derrumban, ponen en peligro todo el ahorro y la inversión de los particulares nipones, la segunda economía del mundo, y arrastrar a los mercados en su caída. Por eso, la noticia que se conocía en la mañana del martes, hora local europea, preocupó a los mercados: Nomura, líder de esas casas de bolsa, perdía casi 3.000 millones de euros en el tercer trimestre de su ejercicio fiscal.
Y lo peor, las causa estaba en lo mismo que se lo ha puesto tan difícil el cierre de ejercicio de BBVA y, sobre todo, al Santander, los mayores charcos de la crisis: Madoff, Lehman y los bancos islandeses.