Sr. Director:

Parece que ya nos hemos acostumbrado a la alarmante cifra de defunciones por aborto en España en el año 2004, que el Mº de Sanidad hizo pública hace unos meses. Pero el hecho, real, triste e irreversible es que en ese año hubo 85.000 abortos en nuestro país.

Se dice pronto, 85.000 defunciones por aborto, número muy superior a las defunciones por accidentes de tráfico, drogas, sida, tabaquismo ¿A qué esperamos para poner remedio?. ¿Estamos ya anestesiados ante noticias de este calibre?

Pues parece que sí. Parece que nos hemos acostumbrado no sólo a tener cada vez menos niños en las calles, en los parques, en los colegios, en los hogares sino a eliminar a los que no nos apetece tener con nosotros, a los débiles, a los enfermos, a los discapacitados precisamente a los que más nos necesitan, los matamos o ¿qué es el tercer supuesto para abortar si no?.

Nos dicen que un embarazo no previsto es un problema,  pero... ¿para quién, para la madre, el padre, el Estado? No, no nos engañemos, un hijo jamás es un problema, lo dicen así mismo los padres cuyos hijos tienen alguna malformación por la que es legal abortar en España. Lo que sí es un problema y de muy graves consecuencias, es el aborto, y no sólo para la madre y el padre, sino para todos nosotros, para la sociedad entera, que cada vez tiene menos niños, menos ternura, menos esperanza de futuro menos ganas de sonreir.

Carmina García-Valdés

carminagvg@yahoo.es