Sr. Director:
Hace 48 años que no he pasado un mes de septiembre en mi pueblo, creo que como yo hay muchos otros y otras nacidos y criados en Baños de Valdearados que durante todo este tiempo no han visto una "quitameriendas".

Solía ser en las dos primeras semanas de septiembre en que se acababan las faenas de la era. Si caía un chapazo, en las eras ya barridas y limpias, brotaba una flor, brotaba una flor parecía a la del azafrán, una hierba, pequeño bulbo, de la familia de las Liliáceas, flores de tonalidad morada y muy tóxica, se solía utilizar en medicina. En Baños la llamábamos "quitameriendas".

La flor, que quedaba a ras de tierra, no era ninguna maravilla, pero era la primera del incipiente otoño, señal que se acababa el verano y con él que las tardes eran más cortas, a partir de este momento no se merendaba en el campo (eras, viñas, limpieza corrales de ovejas en el campo, fabricación de adobes, etc).
Ahora, después de 48 años y dando un paseo con mi madre, tiene 92 años, he visto las primeras quitameriendas del otoño.

Como que yo he revivido viejos recuerdos, me parece que hay muchos otros a los que este escrito también les puede servir para recordar.

Para los más jóvenes, que tal vez no han llevado nunca merienda al campo, no han disfrutado de ese rato a media tarde a la sombra de una hacina o de un árbol, les puede servir para conocer la relación entre las plantas, los animales y las costumbres de las zonas rurales.

Domingo Martínez