No hay problema de dinero se hará lo que yo diga, manifestó Caldera a Hispanidad, en relación al protocolo de asistencia humanitaria para el traslado de inmigrantes. La CEOE aparca sus posiciones sobre el salario mínimo interprofesional. El Gobierno niega que haya inmigrantes enfermos por las calles, pero sigue sin saber qué hacer con los indocumentados.
Nueva bronca en el seno del cohesionado Ejecutivo Zapatero. El ministro de Economía, Pedro Solbes, ganó la batalla frente al asesor monclovita Miguel Sebastián en el asunto BBVA. Mientras, FG se mostraba reforzado : Que sigan, a ver si se cansan algún día. Solbes estaba crecido. En el almuerzo del miércoles 26 organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), el titular de Economía mostró su apoyo en público a la posición mantenida por la patronal CEOE en relación al salario ínfimo interprofesional: moderación salarial y contención de costes para ganar competitividad. Veinticuatro horas más tarde, la CEOE decide aparcar su posición inicial. Solbes no pesa y no tiene capacidad para seguir defendiendo a los patronos. Caldera gana, porque, además, Trabajo había dejado el acuerdo el 30 de diciembre como solución definitiva en caso de que los agentes sociales no llegaran a un pacto.
Segunda estación: Presupuesto para la aplicación del protocolo de asistencia humanitaria en el traslado de los inmigrantes de Canarias a la Península. ¿Cuánto cuesta?, pregunta Hispanidad. Lo que sea preciso, las que sean necesarias, no hay ningún problema, responde Caldera. ¿Será por dinero? Hispanidad insiste en la pregunta: ¿Cuánto cuesta?. Lo que sea necesario, se hará lo que yo diga, responde altivo Caldera al modo de Luis XIV. O sea, no hay problema de dinero, señor Solbes. Lo primero es solucionar un problema que está dañando seriamente la imagen del Gobierno. Por cierto, un problema negado la semana pasada por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien afirmó que no había inmigrantes abandonados a su suerte, sino en situación de tránsito (sic). Siete días más tarde, el Gobierno aprueba el protocolo de asistencia. No había problema. Para empezar, el precitado problema no existe. Pero si existe, es heredado. Y así, Caldera y De la Vega informan que los inmigrantes son trasladados de Canarias a la Península por un acuerdo unánime del Parlamento nacional en el año 2002. La culpa, ya saben, la tiene ese señor de rabos y cuernos llamado Aznar. (Para el Gobierno, otro ejemplo de esta herencia es el estancamiento de la ayuda al desarrollo durante los ocho años del Gobierno Aznar en el 0,23% del PIB, por lo que la vicepresidenta ha anunciado el incremento hasta el 0,3%, recogido en el Plan Director de Cooperación Española 2005-2008, presentado este viernes 28).
El protocolo contempla la actuación inmediata y coordinada con las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, coordinada con los Ministerios de Trabajo e Interior. La Comisión Mixta evaluará permanentemente la situación, así como las plazas disponibles en los centros de acogida. Además, se desarrollará un programa para inmigrantes con especial vulnerabilidad y se realizará un análisis individualizado en colaboración con las redes de apoyo, también conocidas como ONG´s. El objetivo es que nadie quede abandonado a su suerte, pero el Gobierno no explica cómo financiará un programa tan ambicioso y cuánto costará a los contribuyentes. Transparencia informativa obliga.
Por otra parte, el Gobierno sigue sin saber qué hacer con los inmigrantes indocumentados, ya que Marruecos no los acepta. Por eso, el Ejecutivo Zapatero trabaja en generalizar los convenios de readmisión y, según Caldera, las autoridades marroquíes comienzan a colaborar con las españolas poco a poco. Además, el ministro de Trabajo aprovecha para salir al paso de algunas informaciones que apuntan a que inmigrantes trasladados o en tránsito deambulan por las carreteras españolas con enfermedades graves. Caldera informa que el Convenio firmado con la Cruz Roja por el anterior Gobierno y ratificado por el actual garantiza el permanente seguimiento sanitario. Si dichos inmigrantes tuvieran una dolencia grave, serían internados en el Servicio Canario de Salud. En ningún caso son trasladados a Valencia, diga lo que diga el Ayuntamiento o la Generalitat Valenciana, señala Caldera, quien también sale al paso de la supuesta avalancha de los últimos meses. Han llegado 914 que es una cifra ligeramente superior a los 834 del periodo anterior, concluye.