El Presidente Zapatero es un ignorante de tomo y lomo, pero un gran animal político. Por eso mismo sabe que después de encarrilar el Estatuto catalán y la negociación con ETA ninguno de estos procesos tienen que hacerle ningún daño, ahora mismo lo que más preocupa en Moncloa es la delincuencia común, algo que podría restarles muchos votos a los socialistas. La seguridad pública es uno de los aspectos más subjetivos de toda sociedad avanzada, pero no por subjetivo menos real, en otras palabras, Juan Español tiene miedo e incluso liga ese miedo al aumento de los inmigrantes. La delincuencia es una de las cuestiones que pueden quitarle un número significativo de votos al partido en el Gobierno y no olvidemos el primer mandamiento electoral de la democracia española: menos de un millón de votantes son los que deciden las elecciones.
Así que José Miguel Contreras y Miguel Barroso más conocidos como los Migueles, han insistido al Presidente Zapatero sobre la necesidad de mejorar la eficacia policial y judicial contra la delincuencia común. Si bien es cierto, que Contreras es el primer ejecutivo de La Sexta y que Barroso abandonó Moncloa y dirige la Casa de América. Pero que nadie se lleve a engaño, continúan siendo los dos principales asesores del Presidente Zapatero, los Arriola del PSOE y, por si fuera poco, al frente del Ministerio del Interior se encuentra el peor enemigo de los Migueles, el otro gran asesor en quien Zapatero confía ciegamente: Rubalcaba. En Moncloa dicen que los Migueles están ajustando cuentas con D. Alfredo, quien no ha consiguió galvanizar a unas fuerzas del orden público -especialmente a la Guardia Civil- que se encuentran totalmente desmoralizadas. Un detalle: el de aumento de bajas laborales, especialmente por depresión, en la Benemérita está marcando cotas históricas.