Si el pasado lunes 26 advertíamos que, tras dos años de crisis, y crisis profunda, el BBVA comenzaba a ver la salida del túnel, hoy podemos decir algo similar, incluso con más intensidad de su gran competidor, el Santander Central Hispano (SCH), de Emilio Botín. Con cargo a este tercer trimestre, el SCH ha presentado unas cuentas que nada tienen que ver con los márgenes nulos, e incluso de decremento que ha venido exhibiendo durante los dos últimos ejercicios. Así, durante el primer trimestre del presente año, la entidad que preside Emilio Botín ha conseguido un margen de intermediación de 1.984 millones de euros, lo que supone un 4,5% más que durante el mismo periodo del año anterior. Más importante aún es que el margen básico se sitúe en el 6,67% y el margen ordinario crezca un 6,2%. Al final, nos encontramos con un beneficio bruto de 1.253 millones de euros, un 11,4% más que un año antes.

 

Son mejores resultados que los del BBVA. No se pueden calificar de espléndidos, pero sí de sólidos, especialmente por el incremento de los segmentos de negocio más rentables, y porque se han dejado a un lado las absurdas excusas que centraban en las inversiones iberoamericanas todos los males.

 

Lo único que hay que achacarle al banco de Emilio Botín, al igual que al grupo financiero que preside Francisco González, es que se han pasado dos años negando la evidencia de la crisis, la pérdida de cuota de mercado en España y los jirones que se han dejado con unas políticas absurdas de reducción de personal y de red de sucursales que han hecho las delicias de sus competidores bancarios y de las cajas de ahorros.

 

Ahora, las plantillas del BBVA y SCH prácticamente se mantienen, al igual que se mantiene el número de oficinas.

 

¿Cómo ha sido posible el mantenimiento de este espejismo, unos resultados malos de solemnidad durante los ejercicios 2002 y 2003 y una imagen pública brillante? Pues, porque los dos grandes bancos se presentan ante la sociedad con la complicidad del Sistema Informativo español, es decir, el controlado por los grandes editores.

 

Respecto al negocio, simplemente hacer una advertencia. El Santander Central Hispano es aún más agresivo que su competidor BBVA en el cobro de comisiones, que representan para el banco de Botín un 56% del margen de intermediación. Habrá que repetir el porcentaje, 56%, para darnos cuenta de lo que esto significa. Cómo es posible que una entidad que haya logrado, en un mercado tan competitivo como el español, estos espléndidos ingresos por comisiones (a pesar del resurgimiento de los fondos) supone un auténtico enigma que sólo el señor Botín puede aclarar.

 

Lo cierto es que del equipo del primer ejecutivo Alfredo Sáenz puede decirse aquello que se aplicaba a los Estados Unidos de los años setenta: nunca banco alguno corrió tan deprisa… en este caso, no hacia ninguna parte, sino hacia el beneficio y a costa de exprimir al cliente. En otras palabras, si eres clientes del SCH puede recibir un buen trato y toda una panoplia de productos… siempre que estés muy atento a los movimientos de tu cuenta.