La Fundación Red Madre ha iniciado una campaña de publicidad bajo el eslogan "Formación de mujeres inmigrantes para la atención y ayuda a sus familias".
Por otra parte, la Organización Médica Colegial se muestra satisfecha con la última reforma de la Ley del Aborto y exige que se vuelva a recetar la píldora del día después y Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia, asevera que se debería derogar la actual Ley del Aborto ya que "la inmensa mayoría de los ciudadanos no quieren una normalización del aborto en nuestra sociedad y así lo han manifestado en las últimas elecciones generales, retirando del poder a los que la apoyaron y promovieron".
También el escritor Juan Manuel de Prada opina en su artículo titulado "Aborto y Fariseísmo", que "es un error primordial considerar el aborto una "tragedia para la mujer que aborta", en lugar de presentarlo, sin aderezos sentimentaloides, como lo que sustancialmente es: un crimen contra la vida más inerme".
Abby Johnson cuenta en su reciente libro "Sin Planificar": "Nunca pensé que un feto sentía dolor durante el aborto". Una mujer que pasó de dirigir una clínica abortista en Estados Unidos a formar parte del movimiento pro vida, tras ver el sufrimiento de un feto de 13 semanas durante la interrupción del embarazo. "El primer movimiento fue una sacudida rápida de un pie diminuto como si estuviese dando patadas, como intentando alejarse del intruso. Mientras la cánula presionaba el bebé empezó a revolverse. Parecía claro que el feto sentía dolor. Yo podía ver el pequeño cuerpecito retorciéndose cuando se le tocaba. Durante un segundo pude ver cómo el bebé era estrujado como un trapo de cocina" y continúa: "nunca nos arrepentiremos de tener hijos, pero sí nos arrepentiremos de haber abortado en el pasado".
Las mujeres que abortan, miran con indiferencia la muerte de sus propios hijos. Vivimos en una cultura de la muerte, que nos rodea por todas partes con un egoísmo feroz, una violencia brutal y sin ningún respeto por la vida humana de un ser nonato, inocente e indefenso.
"El niño por nacer es un ser humano a partir de la concepción, y su vida debe ser respetada. Esa vida fue redimida por Cristo, esa vida es un regalo de Dios", afirma el teólogo suizo, Karl Barth.