- El presidente de EEUU se reunirá con el presidente electo de Ucrania, Petro Poroszenko.
- En su reciente discurso en la Academia militar, apostó por la eficacia y capacidad de EEUU "para dar forma a la opinión mundial" lo que "ayudó a aislar a Rusia de inmediato".
- Obama defendió que la intervención militar sea el último recurso: "La acción militar no puede ser el único, o incluso el principal, componente de nuestro liderazgo en cada momento; que tengamos el mejor martillo no significa que cada problema sea un clavo".
- Y apostó por una estrategia más 'policial' para combatir el terrorismo internacional, la principal amenaza contra los intereses de EEUU en todo el mundo.
Obama también conversará con los presidentes de algunos estados de Europa Central y Oriental y mañana se reunirá con el presidente electo de Ucrania, Petro Poroszenko.
La siguiente escala en su gira será Bruselas, que acogerá una cumbre de líderes del Grupo de los Siete (G7), y su último destino será Normandía, donde el 6 de junio asistirá a la conmemoración del 70 aniversario del desembarco aliado durante la II Guerra Mundial.
Precisamente, en un reciente discurso en la academia militar de West Point, Obama se refirió al papel de EEUU en el mundo, y el uso de la fuerza, partiendo del recuerdo de la II Guerra Mundial: "Tener un interés en buscar la paz y la libertad más allá de nuestras fronteras no quiere decir que cada problema tenga una solución militar. Algunos de nuestros errores más costosos desde la Segunda Guerra Mundial no se debieron a que nos contuvimos, sino a nuestra disposición a apurarnos en aventuras militares sin pensar en las consecuencias, sin lograr apoyo internacional y legitimidad para nuestras acciones, sin explicar al pueblo estadounidense los sacrificios que se requerían".
En ese mismo discurso, Obama resaltó que Estados Unidos debe seguir liderando el escenario internacional ya que "si no lo hacemos, ningún otro lo hará. La fuerza militar a la que ustedes se han incorporado es, y siempre será, la espina dorsal de ese liderazgo. Pero las acciones militares de Estados Unidos no pueden ser el único, o incluso el principal, componente de nuestro liderazgo en cada instancia. No solamente porque tengamos el mejor martillo ello significa que todo problema sea un clavo".
A continuación, esgrimía los requisitos bajo los que su país recurriría a la intervención militar: "Estados Unidos usará su fuerza militar, unilateralmente si es necesario, cuando nuestros intereses básicos lo exijan, cuando nuestro pueblo sea amenazado, cuando nuestros medios de vida estén en juego, cuando la seguridad de nuestros aliados esté en peligro. Aun en esas circunstancias necesitaremos plantearnos cuestiones difíciles para determinar si nuestras actividades son proporcionales, eficaces y justas. La opinión internacional importa, pero Estados Unidos jamás debe pedir permiso para proteger a nuestro pueblo, a nuestra patria, a nuestra manera de vivir".
Ahora bien, prosiguió, "cuando los temas de preocupación mundial no impliquen una amenaza directa a Estados Unidos", entonces "el umbral para la acción militar debe estar alto. En esas circunstancias no debemos ir solos. Más bien debemos movilizar a aliados y asociados para tomar medidas colectivas. Tenemos que ampliar nuestras herramientas, para incluir a la diplomacia y el desarrollo, las sanciones y el aislamiento, apelar al derecho internacional, y si es justo, necesario y eficaz, emplear la acción militar multilateral. En tales circunstancias debemos trabajar con otros, porque la acción colectiva en esas circunstancias es mucho más posible que tenga éxito, más posible que sea sostenida, y posiblemente menos proclive a llevar a errores costosos".
En opinión de Obama, en el momento actual y en el futuro más previsible, la amenaza más directa a Estados Unidos, en el país y el exterior, sigue siendo el terrorismo: "Pero una estrategia que involucre invadir cada país que alberga redes terroristas es ingenua e insostenible. Considero que debemos reapuntar nuestra estrategia antiterrorista, basándonos en los éxitos y los errores en nuestra experiencia en Iraq y Afganistán, para asociarnos más eficazmente con países donde las redes terroristas pretenden asentarse".
Por eso, EEUU debe "elaborar una estrategia que corresponda a esta amenaza difusa, una que amplíe nuestro alcance sin enviar armas que adelgacen mucho nuestras filas militares, o que provoquen resentimientos a nivel local. Necesitamos asociados que combatan junto con nosotros a los terroristas. Y potenciar a los asociados es un gran componente de lo que hemos hecho y de lo que estamos haciendo ahora en Afganistán".
Eso sí: "Las asociaciones que he descrito no eliminan la necesidad de tomar acciones directas cuando sea necesario para protegernos. Cuando tengamos inteligencia respecto a la que se pueda actuar, eso es lo que haremos, por medio de operaciones de captura como la que encontró a un terrorista involucrado en un plan para atacar con bombas a nuestras embajadas en 1998, para que enfrente la justicia, por medio de ataques con aviones teledirigidos como los que hemos realizado en Yemen y Somalia. Hay momentos en que esas acciones son necesarias y no podemos dudar en proteger a nuestro pueblo", señaló Obama.
Por todo ello, y como parte de esa estrategia, el presidente de EEUU solicitó al Congreso su apoyo para un nuevo fondo para asociaciones contra el terrorismo de hasta 5.000 millones de dólares, "que nos permitirá entrenar, crear capacidad, y facilitar a los países asociados en las líneas frontales. Y esos recursos nos darán flexibilidad para cumplir diferentes misiones, incluyendo la capacitación de fuerzas de seguridad en Yemen, que han salido en ofensiva contra al Qaeda, apoyar a la fuerza multinacional para mantener la paz en Somalia, trabajar con los aliados europeos para capacitar a una fuerza de seguridad y patrulla fronteriza en Libia, y facilitar las operaciones francesas en Mali".
En ese punto, se refirió a la gran preocupación europea en este momento, las recientes actividades de Rusia en Ucrania que "recuerdan los días en los que los tanques soviéticos arrollaban Europa Oriental. Pero esta no es la Guerra Fría. Nuestra capacidad para dar forma a la opinión mundial ayudó a aislar a Rusia de inmediato.
Debido al liderazgo estadounidense, el mundo de inmediato condenó las acciones rusas; Europa y el G7 se nos sumaron para imponer sanciones; la OTAN reforzó nuestro compromiso con los aliados de Europa Oriental; el FMI está ayudando a estabilizar la economía de Ucrania; los monitores de la OSCE pusieron los ojos del mundo en lugares inestables de Ucrania. Y esta movilización de la opinión mundial y de las instituciones internacionales sirvieron como contrapeso a la propaganda rusa y a las tropas rusas en la frontera y a los milicianos armados y cubiertos con pasamontañas".
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com