Sr. Director:

Algunos políticos socialistas han acogido el triunfo de Barack Obama como algo propio, apresurándose a señalar una cierta identidad entre él y Rodríguez Zapatero.

Por mucho que me esfuerzo yo no veo es identidad. No me imagino a Obama quedándose sentado al paso de la bandera de un país amigo en un desfile; ni tampoco propiciando el diálogo con los secuaces de Bin Laden para acabar con el terrorismo islamista.

Y mucho menos me imagino a Zapatero, después de ganar unas elecciones, haciendo un discurso en el que alabe los servicios al país de Mariano Rajoy, diga que no habrá diferencias entre comunidades socialistas y del PP y que procurará gobernar igual para todos, (sobre todo que lo piense de verdad), y que lo acabe diciendo: Que Dios os bendiga.

Y que bendiga a España. Por lo pronto, ya se ve que el talante de Obama es muy diferente del de Zapatero; por suerte para los Estados Unidos.

Antonio García Ramoneda

angara61@hotmail.com