Sr. director:

Creo inconveniente que tantas empresas españolas estén intentando ampliar el margen de beneficios a base de recortar las ganancias de sus empleados, su número y las prestaciones sociales, en vez de hacerlo mejorando los servicios, la publicidad, la labor comercial y la producción. Es decir, actúan recortando los gastos, que es lo más simple, en vez de tratando de ampliar los ingresos, que es lo más inteligente.

La impresión que tengo es que las empresas que hacen esto, que hoy son mayoría, se condenan a una lenta agonía, pues progresivamente realizan en sus plantillas una selección de las personas más vagas, mientras que las más trabajadoras poco a poco se hacen con puestos en la administración, en donde hay unas condiciones mucho mejores, algo muy perjudicial para los intereses del país.

Así, cada vez más, la empresa privada en España pierde prestigio, tanto entre los consumidores como entre los trabajadores a cuenta ajena, especialmente los más jóvenes, hasta el punto de que hoy en día se puede afirmar que muchas de las personas con estudios universitarios recién acabados consideran el trabajo en la empresa privada un trámite mientras no obtienen un puesto en la administración, en especial los que ya tienen algo de experiencia laboral.

De esta forma, no es de extrañar que nuestro país, según los datos oficiales de la Unión Europea, esté cayendo en el nivel de renta per cápita y P.I.B. respecto a la media de los países comunitarios, que es nuestro mejor punto de referencia (no es bueno que nos comparemos con Uganda). Mientras tanto, somos uno de los países con la población más endeudada del mundo. Eso sí, nuestro estado sigue persiguiendo el déficit 0.

Es una pena que el P.S.O.E. no pueda hacer una oposición basada en política económica para que nadie les recuerde a ellos lo que hicieron durante la última legislatura llamándose partido socialista.

Óscar Donsión