Nace un Observatorio sobre la intolerancia y la discriminación de los cristianos en Europa. La crisis no se limita solamente a nuestros países, sino que también toca el proyecto de una Europa comunitaria.
Hoy en día existen muchos grupos que quieren negar la existencia de Dios a cualquier precio, negando así la posibilidad de fundamentar la vida y las estructuras sociales en algo seguro.
Sin embargo, Europa necesita a Dios -decía el Cardenal Erdo al crear el observatorio del que hablamos-, necesita recordar sus raíces y mirar al futuro con realismo y esperanza. Lamentablemente, la situación no es fácil para los muchos cristianos que buscan con sus vidas dar testimonio de la fe y la esperanza que viven, incluso a través de un estilo de vida que a menudo se convierte en un reto para los demás.
Esta medida, el observatorio, no quiere ser un instrumento de controversia, sino una ayuda para crear una sociedad más respetuosa de la libertad religiosa, más capaz también de comprender y aceptar ya sean sus propias raíces, ya sea la realidad plural a través de una sana laicidad. En última instancia, se trata, por una parte, de una ayuda a la evangelización moderna, y por otra, de una ayuda al desarrollo de una verdadera democracia basada en la igualdad en nuestro continente.
La verdadera libertad religiosa -como decía Juan Pablo II- es un derecho fundamental y un indicador de la participación de todos los demás derechos. Donde es posible que ocurran campañas de odio colectivo contra una comunidad religiosa o grupo étnico, mañana será posible que ocurra contra otros grupos.
Suso do Madrid