Hace meses, Ocaña dijo que había que ir hacia la congelación del sueldo de los funcionarios. Fue desautorizado por De la Vega. Este martes dijo que el Gobierno no estaba trabajando ni tenía preparado ningún nuevo impuesto. Un día después, Zapatero le desautoriza. Reconoce que el Gobierno está preparando un impuesto para ricos en breves semanas. El pobre Ocaña, de nuevo, a los pies de los caballos.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com