A Ana Pastor -Desayunos de RTVE- no le ha gustado nada, lo que se dice nada, que el arzobispo Rouco haya dado la bienvenida al próximo Gobierno Rajoy asegurando que rezaran por él.

Mire usted, obispo Rouco, eso de rezar no hace moderno. Además, está usted apoyando claramente a la derecha con toda la fuerza de la oración. No creo en la oración, de acuerdo, pero no me gusta que rece por la derechona.

La otra lección que se extrae de las elecciones es que el sistema proporcional-mayoritario es injusto. Beneficia a los dos grandes partidos y a los nacionalistas que operan en circunscripciones. La solución sería un cambio en la ley electoral pero no se preocupen: ni al PP ni al PSOE le interesa, ergo no se hará. España sigue siendo un duopolio político.

La tercera es el fracaso de SAIN, el partido de izquierdas que defiende los valores no negociables ha obtenido 6.600 votos en 15 circunscripciones: un desastre. Fue al partido que yo voté y me temo que con ello estamos demostrando que aquí los únicos valores que se respetan son los valores bursátiles.

De hecho, he oído y leído a muchos católicos saludar al nuevo presidente, don Mariano Rajoy como el nuevo líder que va a reformar la ley del aborto y que va a dejar a la Iglesia en paz. Esto último puede ser, pero, desde luego, no va a promocionar los valores naturales. El PP es un partido abortero de derechas, y sin derecho a la vida no existe ningún otro derecho.

Está claro que los católicos en España tendremos que adoptar el método Juan Pablo II. Ya he recomendado esa maravilla que es la segunda biografía de Juan Pablo II, obra del norteamericano George Weigel. Karol Wojtyla cambió la política mundial sin meterse en política. El papa polaco, asegura Weigel nos enseñó que "la cultura, y no el poder político, económico u otras formas de poder material, es la fuerza más dinámica de la historia, a largo plazo. Y en el corazón de la cultura está el culto, lo que los hombres y mujeres aprecian, honran y adoran; aquello por lo que están dispuestos a jugarse su vida y la de sus hijos.

Vamos a tener que trabajar a largo plazo. Después de muchos fracasos, me he convencido de que ningún partido político puede cambiar España, ni la actual Europa plutocrática, si antes no cambia la sociedad. Tenemos los gobiernos que nos merecemos, lo cual, estoy dispuesto a reconocerlo, puede mermar en mucho nuestra autoestima.

Eulogio López

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